El gigante de Tierra del Fuego empezó a trabajar con la estatal FAdeA para localizar partes. Ya identificó nueve que puede hacer y le permitirían acceder a otros fabricantes.
Mirgor, el grupo industrial basado en Tierra del Fuego, quiere producir piezas para aviones. Así lo develó su CEO, José Luis Alonso, en el marco de un cocktail de fin de año con el que la empresa agasajó a la prensa.
“Iniciamos un trabajo de entendimiento mutuo con FAdeA. El objetivo es la localización de partes para el desarrollo de nuevos modelos. Se trata de piezas que son muy difíciles de nacionalizar”, señaló.
La referencia es a la Fábrica Argentina de Aviones Brigadier San Martín. Ubicada en Córdoba, actualmente desarrolla el Pampa III. Este año, el Estado Nacional decidió invertir u$s 100 millones para dotar a la Fuerza Aérea de seis aviones de este modelo hasta 2024.
“Ya identificamos nueve piezas de altísima complejidad que, según entendemos, podemos producir en nuestras plantas electrónicas de Tierra del Fuego”, explicó el CEO de Mirgor.
El primer desarrollo, agregó Alonso, es un conversor de energía. El segundo serán las pantallas, anticipó.
“Queremos localizar piezas de aeronáutica en la Argentina. Es parte de nuestra estrategia de ampliar negocios para seguir subsistiendo. El aéreo es un segmento tan parametrizado y exigente que, una vez que seamos proveedores de FAdeA, también estaríamos en condiciones de abastecer a Embraer, Boeing, Airbus y otros jugadores”, subrayó.
Ejemplificó con las pantallas: “Son standard. Las que se utilizan en el Pampa son las mismas que podrían usar Embraer o Airbus”.
Por ahora, en este negocio, Mirgor sigue trabajando en el hangar. “Es un desarrollo de tiempo largo”, aclaran en la empresa, donde calculan un mínimo de dos a tres años antes de estar en condiciones de pedir pista y despegar. Añaden que no es un proyecto que demande elevados volúmenes, ni altos niveles de ocupación en planta. “Es un segmento de muy baja escala pero alto margen. Y significa mucho más desde lo estratégico que el negocio en sí mismo”, dicen.
TIEMPO DE DESCUENTO POR BRIGHTSTAR
Fundada en 1983 como proveedora de Sevel, la automotriz del grupo Macri, Mirgor está controlada por la familia Caputo, dueña de la mitad de su capital. El resto cotiza en la Bolsa de Buenos Aires, con el Estado nacional, a través de la ANSeS, como principal accionista individual.
Con plantas en Tierra del Fuego, tiene 3700 empleados y siete unidades de negocios, entre las que se destacan la fabricación de componentes electrónicos para industria automotriz -es proveedora de Toyota, Stellantis, Mercedes-Benz, Ford, Volkswagen, GM y Renault-, artículos de electrónica de consumo -es el único fabricante de celulares de Samsung en el país-, retail (tiene a su cargo la comercialización local de todos los productos de la marca coreana) y, más recientemente, incursionó en el desarrollo de software y en la exportación de commodities agrícolas.
En nueve meses de 2021, facturó $ 110.724,24 millones, contra $ 59.396,94 millones de igual período de 2020. Tuvo un resultado neto de $ 6394,38 millones. Había sido de $ 2332 millones un año antes.
En junio, anunció una inversión de u$s 71 millones para Ontec, fábrica de piezas y perfiles plásticos complejos para la industria automotriz que ya está construyendo en Baradero, provincia de Buenos Aires. Pocos días después, informó la incorporación de la marca brasileña Quantum a su línea de producción de celulares. Y, en una entrevista en la sección Palabra de CEO de este diario, Alonso anticipó que, tras la iniciada en Tierra del Fuego, busca desarrollar una segunda software factory en Mendoza, primero de otros cuatro a cinco centros de este tipo que quiere abrir en cinco años.
La reciente extensión del régimen de promoción industrial de Tierra del Fuego le da un nuevo horizonte a sus proyectos de inversión.
Sin embargo, esta semana, Mirgor fue noticia por haber tenido que relocalizar a 212 empleados -el futuro de 65 quedan en suspenso- por la inactividad de una de las plantas que le compró en octubre de 2020 a la estadounidense Brightstar.
Mirgor se quedó con esa operación a cambio del pago simbólico de u$s 1 y la asunción de pasivos. Brightstar había decidido irse del país, con el consecuente cierre de dos plantas y el despido de 450 empleados. El grupo argentino se hizo cargo de esos activos por sugerencia, tanto del Gobierno de Tierra del Fuego, como del Ministerio de Desarrollo Productivo de la Nación.
Brightstar también era fabricante de Samsung pero su mayor volumen era para otra marca coreana: LG. En marzo, esta empresa anunció su salida mundial del negocio de celulares. Mientras resolvía la rescisión contractual, Mirgor intentó sustituir esa producción perdida con más actividad para Samsung y la incorporación de otros clientes, como terminó siendo Quantum.
Pero, a mitad de año, la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia (CNDC) le ordenó a la empresa mantener ambas operaciones por separado, y no fusionarlas, hasta tanto hubiera dictamen definitivo sobre esa adquisición. El organismo había recibido un informe técnico que desaconeja la operación, por presunta posición dominante en la fabricación de celulares. La CNDC depende de la Secretaría de Comercio, en ese momento, ocupada por Paula Español, quien nunca disimuló sus contradicciones con el Ministro Matías Kulfas, su superior en el organigrama.
“Es un tema del que venimos trabajando hace un año con la CNDC. Ya hicieron todas las preguntas que tenían y las hemos contestado”, refirió Alonso. “Entendemos que el dictamen debería estar saliendo a la brevedad”, se esperanzó.
El ejecutivo confía en que haya aprobación. “Es muy difícil que no ocurra: era una empresa quebrada”, describió. “A nosotros, no nos generó ningún beneficio la compra de Brightstar. Samsung iba a venir igual con nosotros porque es lo lógico en cualquier parte del mundo: si se te cae un proveedor, vas con otro con el que ya estás trabajando. La motivación fue un tema social: fue para salvar 450 empleos”, afirmó. “Lo vimos con Garbarino: cerró y, en una provincia como Tierra del Fuego, el impacto de los 200 puestos de trabajo que se perdieron por eso fue grande”, comparó.