Dos internos que gozan de salidas transitorias, beneficiados por un juez que tiene a cargo la ejecución de las sentencias, aprovechan su libertad temporal para seguir realizando delitos. Uno de los casos ocurrió en Río Grande y otro, fue detectado en Ushuaia.
En Río Grande, Ariel Francisco Monzón, un joven de 28 años, que cumple una condena por participar de un violento asalto que sucedió en un bar de Tolhuin, fue detenido el viernes a las 15:00 horas, en calle Carlos Lisa al 2300; al ser identificado como el autor del hurto de varios productos de un comercio ubicado en Islas Malvinas al 2600.
En el caso intervino el Ministerio Público Fiscal, que declaró el hecho flagrante en orden al delito de Hurto en Grado de Tentativa.
La Policía pudo determinar el antecedente que Monzón es un interno que está alojado en la Unidad de Detención 1 y cuenta con salidas extraordinarias.
Otro hecho
En otro hecho, Diego Miguel Ferreyra Colautti condenado en 2018 a 9 años de prisión por el delito de homicidio, fue vinculado a un hurto que fue denunciado en Ushuaia, el cual habría cometido durante los permisos de salida que tenía con supuesto fin de realizar trabajos.
La semana pasada, en una requisa que efectuó el personal del Servicio Penitenciario, cuando Colautti volvía a ocupar su lugar de alojamiento, se le encontró en su poder una tarjeta de crédito, a nombre de un tercero, lo que hizo levantar sospechas.
Al dar aviso a las autoridades policiales, la tarjeta precisamente figuraba entre los elementos que denunció el titular de la misma, por lo que el Juzgado de Instrucción en turno ordenó allanamientos en un domicilio particular y en la alcaldía donde está encerrado el condenado.
Los procedimientos resultaron positivos, por lo que al Ferreyra Colautti se le suspendieron los beneficios de salidas transitorias y se lo trasladó a modo a la Unidad de Detención 1 de Río Grande.
Diego Miguel Ferreyra Colautti, fue condenado en octubre de 2018, a cumplir la pena de 9 años de prisión, por el crimen de Alberto Altamiranda, conocido como “el huevero”, ocurrido en Ushuaia, enero de ese mismo año.
