“Cuatro de cada diez personas ya no utilizan el servicio y la gente prefiere tomar el colectivo, pese a que se dice que es un servicio que no está funcionando bien”, así lo aseguró el Secretario de Prensa del Sindicato Unido de Peones de Taxis de Río Grande (SUPETAX), Sebastián Ríos, reflejando la preocupación que existe en ese sector y que se ven directamente perjudicados por la recesión económica.
La incertidumbre en las fábricas electrónicas, el cierre de comercios y la caída del poder adquisitivo del salario, es un combo que está haciendo efecto en varios sectores de la actividad económica de Río Grande y en ello no escapan los prestadores del servicio de transporte de taxi, que revela en el primer semestre una caída del 40 por ciento y no hay señales de reactivación.
La caída en la actividad, “está afectando el bolsillo de nuestros compañeros y la verdad es que estamos muy preocupados por esta situación”, dijo Sebastián Ríos, integrante de un gremio nuevo que nuclea a los trabajadores del volante y que tiene registrado un 60 por ciento de los mismos.
“Si bien el gasto de mantenimiento de la unidad de taxi es afrontada por el patrón, los repuestos e insumos se han elevado muchísimo, el combustible ya ha subido tres veces en lo que va del año y por eso se hace muy difícil mantener el servicio, verdaderamente es una lucha diaria tratar de sobrevivir y llegar a fin de mes” sostuvo Ríos.