Alberto Oscar Pereyra, de 71 años, falleció víctima de haber inhalado monóxido de carbono, en tanto que su pareja, Elda Cavaille de 75 años, se encuentra estable, internada en la sala de terapia intensiva del Hospital Río Grande, también con signos de haberse intoxicado con ese gas venenoso. El hecho ocurrió en el edificio de Chacra IV, ubicado en calle Garibaldi 3131, donde personal de Camuzzi retiró medidores de gas, por prevención.
El hecho ocurrió la noche del domingo, cuando vecinos dieron aviso sobre la ausencia de las dos personas adultas, lo cual llamó la atención. Al llegar personal policial se pudo constatar que Pereyra estaba desvanecido, ya sin signos vitales y con una herida sangrante en la cabeza. Su esposa, Elda Caballe, de 75 años, también estaba inconsciente pero pudo ser salvada a tiempo.
Este es el segundo hecho trágico que ocurre con monóxido de carbono en Río Grande. El jueves dela semana pasada, ocurrió lo mismo en una precaria casilla ubicada en calle Chawr 21, en el ex asentamiento de la Margen Sur, donde murieron la joven pareja compuesta por Roxana Vázquez e Iván Gómez y un hijo de ambos de tan sólo dos años de edad.
El Monóxido de Carbono (CO) es un gas venenoso que causa la muerte de más de 200 personas por año, aunque los expertos advirtieron que las intoxicaciones “son evitables”. El mismo se produce por la combustión incompleta del carbono presente en materiales como leña, carbón de leña, gas, kerosene, alcohol, gasoil y nafta. Además, está presente en el humo expulsado por automotores y camiones, candelabros, estufas, fogones de gas y sistemas de calefacción.